Un pasodoble a los cascos

Se están perdiendo nuestras cosas, nuestras raíces y nuestras tradiciones. Dependiendo de la edad de cada uno puede que no sepa que hace no tanto había que llevar los cascos a la tienda. Aquella liturgia era sencilla: en casa se acababa la botella de La Casera, de Fanta o de cerveza y tu madre te mandaba a la tienda. Eran otros tiempos, con la droga campando a sus anchas pero con un respeto que ya no hay y los niños podíamos ir a la tienda de la esquina con los cascos a que nos devolvieran lo que costaban o nos descontasen el precio de una botella nueva y a repetir la liturgia. Ahora un padre no manda a un niño a la tienda solo y si lo hace se lo quitan los de asuntos sociales. Un poema, vamos, pero aquí no hablamos de poesía sino de carnaval: ¿para cuándo un pasodoble a los cascos? Mariano hizo uno hace un par de años pero era a los de las motos. Estos son diferentes. Dani López reflexiona así.