Damián Giménez Ibáñez

Veinte años de carnaval nos sirven para hablar con Damián Giménez, un autor que renovó la comparsa en Almería. Hablamos durante un ensayo en el muelle de levante a las puertas del sorteo; no se sabe bien si la comparsa se le ha hecho mayor de edad este año o él, como autor firma como una terna exacta y precisa el mejor repertorio de la Traíña en el concurso.

Porque hablar con Damián supone hacerlo también, aunque no estén, con los hermanos Onofre y Nono Cortés, pilares de la comparsa de la Traíña que más éxitos ha cosechado y artífices junto a otros nombres que también salen en esta conversación del sostenimiento de esta fiesta que Damián ha visto evolucionar.



Fotografías realizadas por José Antonio Peralta durante un ensayo de 'La batalla de papel'






Como autor firmo una comparsa que es de todos y cada uno de los que han pasado por ella


Resume estos 20 años con una sola palabra.
Vida. Mi vida.

¿Cuál ha sido la decisión más injusta que te ha tocado 'vivir'?
Esta comparsa nunca se ha visto afectada por ninguna injusticia. Lo que sí he visto como aficionado han sido demasiados errores sobre todo en la modalidad de chirigotas pero siempre he respetado y respetaré a las personas que se sientan en este concurso de Almería hagan lo que hagan. El que se somete a un jurado tiene que estar dispuesto a todo lo que pueda pasar y el día que no respete eso dejaré de salir.

¿Cómo ves el concurso?
El concurso lo veo como una lucha de superación. Cada grupo que va creo que ensaya sólo para estar preparado para ese evento y eso tiene cosas buenas pero también malas. Es bueno porque ayuda a superarse y eso trae una mayor calidad pero es malo cuando lo enfocamos sólo para eso y no disfrutamos lo demás.

¿Qué tipo es el que más te ha gustado en este tiempo?
De los que he defendido ha sido, sin duda, el de 'Recuerdo y fantasía', de Chiquero y de los que he visto el que más me impresionó fue el de 'Dependiendo de ti'. Fue la primera comparsa que vi.

Como autor es más que notable tu trayectoria pero me gustaría saber cómo viviste los años en los que fuiste intérprete, en los que defendías repertorios escritos por otros. ¿Sabías que algún día terminarías siendo tú el autor o ni te lo planteabas?
Yo era de los típicos que defendían a muerte lo que cantaban aunque con el tiempo me di cuenta de que tenía mucha fe (risas). De todos modos hoy sigo cantando aquellas letras con las que aprendí porque es bueno que la gente sepa quén es y de dónde viene. Le debemos gratitud y un respeto a los que en su día nos enseñaron.

Se te acusaba de ir a 'remolque' de Martínez Ares con tipos muy similares pero Martínez Ares se retiró y tú has seguido sacando comparsas...
Siempre es importante que te comparen con alguien, sobre todo si es con el autor que más me ha transmitido en el carnaval de Cádiz pero te digo una cosa: si comparamos todos los tipos y todas las ideas de este Carnaval todo se parece a algo. No hay más remedio. Para eso está el sello de cada uno; da igual el tipo. La idea y lo que transmites es lo que no debe parecerse.

Hablando de 'parecer', has salido con los que se pueden considerar padres de la comparsa tal y como la conocemos actualmente; empezaste con Pepe Chiquero y fuiste rival de Paco López que ahora sale en tu comparsa... ¿en qué te pareces a ellos? ¿Qué has aprendido de cada uno?
De los dos he aprendido lo más importante: la humildad y el saber que este carnaval en el que estamos inmersos necesita constancia. Constancia y trabajo para que dentro de muy poco podamos igualarnos a carnavales como el de Málaga o Huelva. Pepe Chiquero ha sido mi maestro, me ha educado, me ha transmitido el empuje, las ganas. Es un luchador al que le encanta esta fiesta. De Paco, por su parte, he aprendido lo que siempre ha demostrado: humildad y respeto hacia todos los grupos y un corazón enorme que no le cabe en el pecho.
Pero no sería justo olvidarme de los años compartidos con la que es sin duda la madre de este carnaval y una de las responsables de que hoy en día la cantera del Carnaval sea un hecho. Hablo de Paquitina Pomedio de la que me quedo con su forma de trabajar con la gente y la forma de tratarla; cómo motivaba y cómo conseguía que cada uno de los que estábamos en sus grupos nos sintiéramos importantes. Ella siempre los defendía a muerte. Creo que el día que acepte el pregón se saldará una deuda.

¿Qué año es el que más satisfacciones te has llevado?
Sin duda alguna la primera vez que esta comparsa ganó el primer premio. No fue por el hecho de ganarlo sino por lo que pasó después y es que todo siguió igual, como si no pasara nada. Nadie se lo creyó ni presumió, al contrario, todos han seguido con la filosofía de pasárselo bien y si ganas, saber llevarlo con humildad.

A lo bueno se acostumbra uno fácilmente pero después de ‘Siete mares’ no has vuelto a llevarte un primero... ¿Llega a minar?
(Risas) Te equivocas, después de 'Siete mares' vino otro primer premio con 'El cargadero' pero te contestaré: para mi no hay mayor satisfacción que la de salir cada año, ¡con lo que cuesta! Y si luego te dan como si te quitan saber llevarlo y aceptarlo porque para eso te "sometes" a un concurso. Otra cosa es que el público, la gente de la calle o tus seguidores te digan que no vales o que les has defraudado pero eso, hoy por hoy (y espero que siga siempre así) no nos ha pasado. La gente que realmente sabe de qué va esto sigue reconociendo la labor de este grupo y eso es con lo que me quedo y el no ganar primeros premios nos sirve para ir mejorando. O eso creo (risas).

Todos estos años has conformado una terna junto a Onofre y Nono Cortés pero a ojos de los aficionados siempre has aparecido tú como referente. Esta pregunta se la tendría que hacer a ellos y no a ti pero... ¿cómo crees que llevan estar a la sombra (y no me refiero a que estén en la cárcel)?
(Risas) Creo que tanto ellos como yo tenemos clara una cosa: que somos una sola persona, que el nombre de esta comparsa es el de la comparsa de la Traíña y que todos los que nos conocen lo saben. Y eso es lo que hace a este grupo tan especial. Yo los conocí en 1997 y desde entonces no nos hemos separado ni como carnavaleros ni como hermanos que eso es lo que son para mi. Siempre ha habido alguna broma sobre este tema pero los nombres están para simplificar las cosas; por eso llaman a este grupo la comparsa de Damián pero en realidad esta comparsa es de todos y cada uno de los que han pasado por ella.

¿Te has parado a echar cuentas de cuántos?
Me acuerdo de todos y cada uno de ellos. El número exacto no lo sé pero me acuerdo de todos porque, como te decía, estén o no estén seguimos siendo amigos.

Se hace cierto entonces lo de 'La cantera'.
Sí, lo de 'La cantera' surgió para ponerle nombre a la peña, que tristemente está cerrada.

¿Seguimos haciendo un poquito de historia con 'Tuareg', 'La ley seca' y aquellos grupos?
Buenos recuerdos. 'La ley seca' fue mi primer premio en comparsa y eso no lo olvidaré nunca. Después vino otro premio con 'Canela y clavo' pero no son los premios con lo que me quedo sino con la gente que en esos momentos me educaba y protegía. Aquella gente que me enseñaba. Uno de ellos fue y es mi gran padrino en esto, Antonio Navarro Nono, —'el chiquitillo al lado de Chiquero' como le decían— (risas). Pero ese chiquitillo fue el que me metió en esto, fue mi maestro en el trabajo y mi padre en el carnaval y aún tengo la suerte de que me acompañe cada año haciéndonos el forillo. Me quedo con eso, con la gente que me crió y que tanto recuerdo.

¿Cuánto ha cambiado el carnaval en estos 20 años?
Pues en realidad el carnaval en si no ha cambiado mucho. Los que hemos cambiado hemos sido los carnavaleros que tenemos un concepto equivocado de lo que es esta fiesta. Cuando empecé me causó una gran impresión la fiesta de la haba. Era 1990 y ese año se celebró en la Rambla, frente a la Audiencia provincial y aquello estaba a reventar de gente. Los grupos estábamos en un segundo plano. Yo me quedé mirando aquello y era una estampa preciosa ver toda la Rambla llena de gente en la cola para las habas. Sin embargo ahora la mayoría de los que estamos en esto parece que estamos más pendientes de que nos miren a nosotros.

Has asistido al declive de la calle. ¿Posees las claves para revitalizarla?
La clave está en escuchar a la gente de la calle y darnos cuenta de que ellos son los protagonistas de esta historia. Y nosotros quitarnos la vergüenza cada vez que bajamos del escenario y divertirnos con la gente que está allí para que entre todos volvamos a reavivar esa magia que había antes. Parecemos tan artistas que la gente se asusta y eso creo que es un fallo nuestro.

En estos años has cantado primero en el Cervantes y ahora en el Maestro Padilla. ¿Volverías al Cervantes?
Claro. Creo que ese es el sitio que le corresponde a este concurso para el bien nuestro y de los aficionados pero siempre y cuando esté en condiciones para su uso. El Cervantes para mi es mi primer concurso, mis primeros nervios. Esos pasillos escondidos, ese misterio, una convivencia enorme con todos los que estábamos allí. Recuerdo a 'Las acelgueras'. Ese ha sido y será el sitio más bonito en el que he cantado sin duda alguna.

¿Y qué ha sido lo más bonito a lo que le has cantado?
Lo más bonito ha sido poder cantar por primera vez un pasodoble a las mujeres tras conseguir el primer premio. Era una cuenta pendiente que tenía este concurso después de tanto esfuerzo de ellas y de todas y cada una de las mujeres que las habían precedido. También recuerdo con cariño un pasodoble que me hizo comprender porqué me gustaba esto; fue un pasodoble que cantaba en 1987 la comparsa de Pepe Chiquero 'La gran reserva' y que llevaba por título 'Brilla en el Mediterráneo'.

¿El año que peor lo has pasado?
Si te soy sincero fue el año de 'Corazón de piedra' (risas). Yo venía de la escuela de Chiquero que con cuatro acordes completábamos un repertorio y de golpe me encuentro con una guitarra que no sabía que tuviera tanta variedad de notas. La culpa fue de mi segundo maestro, Onofre Cortés, que no se dónde sacaba tantas notas y por eso me tiré cinco meses ensayando y no hubo manera de que me aprendiera el repertorio. Así que imagínate cómo lo pasé. Este año, por cierto, me está pasando lo mismo... ¡malditas sostenidas! (risas).

En estos 20 años, siempre con un instrumento en las manos... ¿no?
Sí, menos cuando salía en la chirigota de Paquitina y uno con Chiquero, con 'Recuerdo y fantasía'. Los demás sí. Empecé con la caja y en 1996 cogí por primera vez una guitarra. No te lo vas a creer pero mi padre es músico y encima guitarrista pero el pobre no tenía tiempo para enseñarme así que aprendí poco a poco. Y por obligación, que como esto siga así nos van a contratar a los guitarras para salir en todos los grupos (risas). Yo no sé lo que le pasa a la generación de ahora que le ha dado por hacer figuritas ¡y nos estamos quedando sin guitarras!

¿Ha cambiado la manera de cantar en estos años? ¿Se canta más alto ahora, se cuida más la afinación o es igual?
Esto ha dado un vuelco enorme. Cantar más alto que antiguamente es imposible porque aquello no era cantar sino ver quién gritaba más (risas). Ya en serio, la verdad es que ahora se cuida más esa faceta. Tenemos gente que nos aconseja, que se preocupa de la afinación del grupo. Eso lo hemos aprendido de Cádiz. Yo creía que un segunda era alguien que jugaba en el Poli Ejido (risas). Pero, bueno, todo se aprende y considero que lo que ahora nos falta es intentar no imitar tanto a las voces de Cádiz y tener las nuestras propias. Nunca vamos a llegar al nivel de las comparsas punteras de Cádiz por una sencilla razón: aquí faltan artistas. No sé si me explico.

No...
En Cádiz, como no hay trabajo, todo el mundo canta y baila y toca algún instrumento para ganarse la vida. Le das una patada a una piedra y sale un contralto o un punteao pero aquí le das una patada a una piedra y sale un tomate RAF (risas).

¿Te puedes creer que yo he escuchado esa misma teoría pero sobre Pescadería?
¡No fastidies! (risas). Es cierto, pero a menor escala; aquí lo que hay es mucha afición pero también faltan músicos. Ya te digo, la gente de ahora solo quiere ir en la primera fila haciendo voces. La escuela de Onofre, Marín o Ainara se está acabando. Eso sí, para hacer una vocecita están todos (risas). Uno de los problemas más graves que veo a medio plazo es, como te decía, que no quedan guitarras, que la gente no quiere aprender y eso va a pasar factura de aquí a un tiempo.

No te voy a preguntar lo que aporta la Traíña al carnaval porque cada año lo podemos ver sino todo lo contrario: ¿qué crees que le aporta el carnaval a la Traíña o al barrio (si es que no son la misma cosa)?
Entretenimiento, educación, estar fuera de la calle. Es una manera de conocer a gente y hacer amigos porque, aunque luego no sigamos juntos, siempre seguimos siendo amigos. También aporta un respeto ganado a pulso y que por primera vez no se mire al barrio de Pescadería como un barrio marginal. Cuando en carnaval aparece el barrio de Pescadería se ve eso, respeto y admiración por su trabajo.

¿Y a ti qué te ha aportado media vida en la Traíña?
Me ha aportado el sentirme querido, admirado, respetado. Y eso es lo que me hace seguir no 20 años ¡sino hasta que el cuerpo aguante! También he aprendido que esta asociación -la que trabaja en carnaval- está rodeada de buena gente. Gente humilde y trabajadora que no es dueña de nada pero que comparte todo lo que tiene. Sus grupos son pura familia y eso es lo que hace de este sitio algo tan especial.

No sé si tendrás la misma percepción que yo: la comparsa en Almería cambió el año de 'Dando guerra'.
Eso no lo sé. Lo que sí sé es que a partir de entonces muchas comparsas cambiaron la forma de trabajar y muchos jóvenes se atrevieron a salir. Porque lo que les faltaba a las comparsas en Almería era eso, gente joven y con ideas nuevas. Eso fue lo que pasó. Y eso que la historia de aquella comparsa es un tanto peculiar. Al que se la cuento ni se lo cree.

Cuenta esa historia.
Después de haber ganado por primera vez en chirigotas con 'Los Cartoons' yo tenía ganas de volver a la que es mi debilidad, la comparsa. En la chirigota estábamos gente como Nono y Onofre Cortés, Manolo Barrios, Bartolo o El Papi que en aquel momento era un chavalillo de la cantera. También estaba la comparsa de 'El sereno' de la que también salió gente como Javi Arjona, Antonio Mahoney o Antoñillo El Ace y que fuimos los que decidimos formar una comparsa para el año siguiente que se llamaría 'Al-haud'. La dirigía Manolo Barrios y empezó con unas expectativas realmente buenas pero tuvo un pronto final. En noviembre se tomó la decisión de no seguir. Faltaban apenas dos meses para el carnaval y esa misma noche un servidor se ofreció a salir costara lo que costara. Así que con la ayuda de todos salió adelante 'Dando guerra'.

¿Cuántas letras te ha echado para atrás el grupo cuando las has llevado a los ensayos?
Así, de memoria, creo que ninguna porque siempre trato de que lo que llevo ya esté matizado y correcto. Siempre hay alguna frase o una palabra que no cuadra con la música o que no rima pero hasta ahora ha gustado todo lo que he llevado. No les queda más remedio (risas). Lo que sí suele pasar es que hay letras que al final no se cantan o se dejan en el olvido porque a los señores no les da tiempo de aprendérselas, pero siempre quedan los libretos. Lo que peor llevo es cuando eligen las que van al concurso, porque siempre hay diferentes opiniones. De todas formas todo lo que se ensaya está para cantarlo. A unos les gustará más que a otros, eso está claro. Hay gente que, incluso, no entiende lo que dice el pasodoble o la cuarteta en cuestión pero creo que lo que he escrito hasta ahora es entendible y, gracias a Dios, les gusta así que, como te decía, no me han echado para atrás ninguna letra.

¿Sobre qué podría tratar la letra que nunca escribirás?
Nunca escribiré letras racistas ni xenófobas. Nunca hablaré de mis compañeros para descalificarlos sean del grupo que sean y nunca escribiré para hablar de mi; para eso están mis amigos. Nunca escribiré a Cádiz ni a su carnaval aunque sí lo compare cuando estemos preparados y, sobre todo, nunca escribiré a nadie que se le ocurra hablar mal de mi o de mi grupo.

¿Y cómo llevas que otros sí hayan escrito de ti... Y otros sí hayan hablado mal de ti... Y otros sí te hayan descalificado...?
Pues lo llevo como debe de llevarse: con la cabeza bien alta de saber que yo nunca lo haré. Y, sobre todo, seguir como hasta ahora: cuando alguien tenga algo que decirme, que me lo diga a la cara y lo debatimos amistosamente. La gente que escribe para despreciar a sus compañeros creo que se equivoca aunque haya aficionados a los que les guste esta clase de polémicas.

Las polémicas en torno a los grupos no han cambiado en 20 años... ¿o sí?
Ahora las polémicas son más entre los allegados o 'fans' que entre los propios grupos. Aunque también es cierto que en los grupos siempre hay algún despistado al que le gusta criticar u ofender a los otros grupos pero sobre eso no podemos hacer nada. Yo lo que intento siempre es educar a todo el que entre a respetar al resto de grupos. Ese ha sido siempre mi papel en este grupo. Y mientras esté con nosotros es una norma a seguir.

¿Qué sientes que te haya faltado hacer en estos veinte años de carnaval?
Lo más importante: seguir aprendiendo. Y, sobre todo, salir en un cuarteto (risas).

¿Algún día lo veremos?
Yo creo que sí porque lo que me gusta al final lo hago y, además, ya hice yo mis pinitos interpretativos haciendo del Leonardo de 'Bodas de sangre' y creo que no se me daría mal. Lo malo es el concepto que tiene la gente de mi, que a lo mejor no lo aceptaría.

3 comentarios:

DE PAPEL dijo...

MAESTRO

Unknown dijo...

hay.....campeon, señores damian es sera una leyenda para el carnaval dentro de unos años y si no al tiempo.al igual que dicen algunos que son juancarlistas o martinistas yo soy damianero y que sepas que donde tu vallas yo voy,te quiero tela

Mariinita! dijo...

Sin palabras.. Damian eres grande, muy muy grande