
Cuentan las leyendas de piratas
que la maldición se mantendría,
que pasara el tiempo que pasara,
siempre estaría condená…
A pesar del lastre que llevaba
acogió en su barco a otros piratas
nunca le importó color, ni raza
recogió sus vidas naufragadas,
les brindó una patria renovada.
Siempre prosperó
sin ser la más valiente,
sin ser carne de cañón,
y así pasó su vida por acierto o por error
fue como una veleta con el viento a su favor.
Y a pesar de que no le iba mal
de que hasta envidiaban su mar
siempre tuvo una espina 'clavá'
porque sus piratas nunca luchaban por levantarla,
por darle vida y engalanarla.
Nunca persiguió robar fortunas
solo quiso ver al almeriense
levantar su espada y sacar ya los dientes
que para una madre siempre es lo más grande
un hijo valiente.
Que se ocupe de su ciudad
y acabe con la historia
que el paso de los años
haga de esta 'condená'
una tierra de gloria, ay de gloria.
que la maldición se mantendría,
que pasara el tiempo que pasara,
siempre estaría condená…
A pesar del lastre que llevaba
acogió en su barco a otros piratas
nunca le importó color, ni raza
recogió sus vidas naufragadas,
les brindó una patria renovada.
Siempre prosperó
sin ser la más valiente,
sin ser carne de cañón,
y así pasó su vida por acierto o por error
fue como una veleta con el viento a su favor.
Y a pesar de que no le iba mal
de que hasta envidiaban su mar
siempre tuvo una espina 'clavá'
porque sus piratas nunca luchaban por levantarla,
por darle vida y engalanarla.
Nunca persiguió robar fortunas
solo quiso ver al almeriense
levantar su espada y sacar ya los dientes
que para una madre siempre es lo más grande
un hijo valiente.
Que se ocupe de su ciudad
y acabe con la historia
que el paso de los años
haga de esta 'condená'
una tierra de gloria, ay de gloria.
Elena Pérez Rodríguez
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