Los autores no están enamorados de Almería

Esta mañana me ha tocado cumplimentar en funeral en San Roque y, lo típico: a pensar en otras cosas. En mi blog ya lo he dicho y aquí me hago ahora publicidad pero lo que quería destacar aquí era algo en lo que pensaba a la vuelta, dando un breve paseo por calles con nombre de cosas de mar. Me iba yo fijando en la de carteles de SE VENDE que se va uno encontrado en esas pequeñas casas de enorme sabor, casas de puerta y ventana, la casa típica del XIX de Almería que desaparece poco a poco y va pariendo bloques. Venía pensando con tristeza en eso y en cómo los autores de carnaval no le prestan la menor atención a esos detalles. Mira que se le ha cantado al barrio pero ¿más allá del tópico qué se ha dicho aparte de nada?

En algún que otro popurrí se habla de la luna y la Alcazaba, luego se meten 654615 tópicos que lo mismo valen para Huelva que para Santander que para Almería y la cosa se despacha. Tirando de memoria encuentro en la inmediatez de un libreto mental letras abogando por una alcaldía socialista en vez de popular, que se ve que ellos sí miran por el barrio; también he visto (escuchado, perdón) cantar contra la droga, tema manido y recurrente que muchos firman consumiendo; otro tema que tratan mucho los autores del barrio es el falserío, el critiqueo y lo malísimamente mal que está el concurso, el ambiente del concurso y los concursantes; del barrio poco más se dice. Si acaso hay quien ha escrito que los políticos se fijan en el centro y se olvidan de Pescadería y de la Chanca. Ahí se acaba el repertorio poético-reivindicativo de los autores del barrio. Iba pensándolo, como digo, pasando un cartel tras otro, alternando alquileres con ventas y casas abandonadas mucho tiempo ha. Y a la altura del cuartel de la Misericordia he llegado a una conclusión: los autores del carnaval de Almería actualmente no están enamorados de Almería. Pocos autores veo yo enamorados de Almería, por no decir ninguno. Algunos lo disimulan muy bien (fantástico en ese sentido Gabi Lima, foráneo que ha tenido que venir a cantarle bien a Almería) pero el elenco es reducidísimo. A ratos lo es, o lo está, Damián Giménez, este año lo fue Elena Pérez en un pasodoble y empiezo a parar de contar. Lo cual no es malo; pero bueno tampoco. Es un hecho que se produce y, lejos de mantenerse, se agudiza año tras año. Pensaba yo en los encantos del barrio, en la ciudad que tenemos y me parecía como el marido aquel que buscaba fuera lo que tenía en casa pero no veía.