En la presentación ya me enamora esta chirigota; es sensacional; graciosa, bien cantada y mejor defendida. La mejor que le recuerdo a este autor. Y el tipo un acierto en la elección y en la representación. Sorprende la rapidez de su comida rápida, que incluye un McRoyal que si te lo comes, te crece la pierna. Risas y complicidades con el público que aplaude mucho las ocurrencias de Mariano este año, que viene más 'simpático' que otros años.
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El segundo pasodoble, en cambio, me pone triste. Está bien llevado y bien tratado pero es algo contradictorio. Dicen que ‘sería bonito hacerle letra a algo importante’ pero que en el concurso no se hace eso por criticar a los demás y al final ellos terminan subiéndose a ese carro. Y me pone triste porque con la de cosas que hay que denunciar y cosas de verdad ‘importantes’ a las que cantarle, que te critiquen otros no deja de ser anecdótico. Mariano defiende en esta letra porqué va a Cádiz y le afloran los años fuera de la final, los cajonazos frente a los premios de otros pero, además de caer en algunos tópicos como invitar a los que le critican a subirse a un escenario para hacerlo —que está más visto que Nicolás en la primera fila— desaprovecha un pasodoble para lo que realmente importa.
En cierta ocasión le escuché a un autor que los políticos nos meten en el auditorio a pelearnos entre nosotros por cuatro duros y una más que dudosa honra de ganador y mientras nos matamos entre nosotros, a ellos se les deja en paz. ¡Y qué verdad tenía! Por eso me apena que Mariano —precisamente él, con lo combativo que siempre ha sido— haya caído en el juego y haya desaprovechado la ocasión para escribir y cantarle a cosas realmente importantes
Un buen popurrí; escribir las crónicas este año sobre la marcha me lleva a hacerlo como quitándose el salitre una tarde de playa. La ducha, en casa, vendrá más tarde. Ahora toca opinar a flor de piel así que las críticas son más subjetivas con todo lo que ello implica: de primeras me gustan cosas que no resistirían una segunda audición y al revés. Se me estarán pasando tantas que estoy hasta preocupado. Los que sí pasan por su hamburguesería es la gente importante: ¡hasta la Manola! La última cuarteta, por su parte, es de esas que dan pellizco a los de mi generación. La canción de Willy Fog convertida en un pasodoble que les sirve a estos payasos para despedirse. Este año la chirigota de Mariano suena a final y como decían ellos un año que aquí hay que mojarse ahí que voy yo: esto huele a premio.

Fotografías: José Antonio Peralta
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