Así se presentan recién llegados a la playa del Palmeral estos bárbaros avikingados o unos vikingos muy bárbaros muy metrosexuales ellos, eso sí. Con una melena rubia así, para entendernos, que se parecen la alcaldesa de Cádiz como si se hubiera hartado de proteínas en polvo, suero proteínico y creatina. Detalles muy chirigoteros en el tipo; los pezones de estos fornidos torsos son chapas personalizadas y el ‘taparrabos’ que llevan a lo comic de Conan está fabricado con cedés. Para no pasar frío aunque vengan de las gélidas tierras de Thor llevan sobre los hombros una capelina de tela de pelo en diferentes colores y una faldita (no llega a falda) de sky además de su imprescindible toque de modernidad alternativa con su palestino (o bufanda otros) de diferentes colores.
Metrosexuales, como decimos, muy metidos en el tipo que representa como pocos una acertada combinación de lo mejor del carnaval antiguo y el moderno; continúa con la dirección de Alex Hernández que ha conseguido afinar mejor al grupo que el año pasado sin abandonar la esencia sonora de la agrupación. Vamos, que permanecen fieles a su estilo mejorándolo un poquito cada año.
Regresa Fran Sánchez a la primera fila y con él todo su repertorio de desparpajo; da igual lo que le eches, que si niña del Exorcista, príncipe o cateto o, como este año, bárbaro amanerado. Pocos cambios que hacen pensar con optimismo en la consolidación de este grupo tras la renovación que supuso el año pasado. Se mantiene el grupo de los Pepito 2000.
En el primer pasodoble cuentan un problema que tienen y que es muy difícil de contar y que a todo buen metrosexual le traen de cabeza: los pelos de lo que rima con garrulo. Un pasodoble malsonante pero, si acaso, simpático para la calle que sorprenden con golpes de efecto habituales de los repertorios de esta chirigota pero que no por ello dejan de sorprender y agradar al público; si el año de ‘Estoy hecho un burro’ se sacaban a la señora esposa del pollo (vulgo gallina con doble intención) de los pantalones este año se depilan en público sin anestesia ni aftershave y se sacan una mata de pelo que ya la quisiera mi tío José Luis, que se quedó calvo muy joven.
Para los amantes de un tipo de música determinado, eso sí, la del pasodoble puede parecer que flaquea un poco respecto al año pasado. Para lo bueno y para lo malo se notó entonces la autoría de Manolo Barrios; para lo bueno porque eso es un sello de calidad y para lo malo porque esa música a Gádor le pega lo mismo que a estos bárbaros una axila sin depilar, o sea, nada. Así que este año la música vuelve a ser ‘su’ música también para lo bueno y para lo malo; para lo bueno porque el grupo gana en autenticidad y para lo malo porque escribir como hace veinte años se hace duro para el que escucha. Así que pese a que flaquea la música de los pasodobles en letras se mantiene el nivel siempre simpático y algo procaz de esta agrupación.
En el segundo describen la utilidad del escudo que aunque no lo hayamos descrito antes, lo llevan; es un escudo redondo que la verdad es que los protege de poco pero ellos lo llevan. Una letra bonita y con muchos guiños como la posibilidad de marcar un repertorio con los nudillos sobre el mismo. Pero si hay un escudo que ellos defiendan es el de la Unión deportiva Almería. Un pasodoble bonito y muy aplaudido que termina con ellos desplegando una bandera sobre el escenario.
En el primer cuplé hablan de la ropa, del verano y de que se les va la vista de escote en escote porque están salidos de más pero se esperan relajar afilando la espada. En fin. En el segundo hablan de Belén Esteban y el tuneo que se ha dado en esa cara que antes parecía la de un boxeador pero aunque la mona se vista de seda, ella sigue siendo una verdulera. Mejor.
En los cuplés se ‘desata’ el grupo dando rienda suelta a la procacidad anunciada en la presentación. Sortea una peligrosa línea; juegan al borde del abismo de la ordinariez mejor o peor resuelta pero, afortunadamente se mantienen a este lado de la finura pese a alguna que otra rima. El estribillo les sirve para jugar con el nombre de la chirigota; se sacan un metro y miden hasta la rodilla; un metro justo. ¡Eso sí que es una barbaridad! Ahora entiendo lo que es un metro sexual. Lo que viene a aprender uno a la vejez.
En el popurrí los mandaron a un internado y allí aprendieron 'francés'. Destacaban en matemáticas y un sinfín de materias monotemáticas con las que su padre terminó por darse cuenta de que ellos eran lo que viene siendo siete letras como siete días tiene la semana. El popurrí es una sucesión de sketch; dos cuartetas muy simpáticas son las que protagonizan dentro de un barco que sacan y en el que reman; la ambigüedad del tipo les permite hacer chistes jugando al despiste: unas veces parecen que van a protagonizar la próxima portada de la revista Zero y a la otra son muy machos aunque no renuncian a sus cuidados y sus cremitas. De todos modos yo creo que ganan los cromosomas Y y les termina venciendo ese lado sensible y afeminado que todos llevamos dentro (unos más adentro que otros). Aunque dentro, lo que se dice dentro, esta gente quisiera tener otra cosa. Qué barbaridad... ¡Qué locas!
Grupo para la final. Seguro que lo escucharemos una vez más; ellos se lo volverán a pasar en grande y fijo que los demás también. Contagian la alegría con la que se suben al escenario.
Fotografías: José Antonio Peralta
1 comentarios:
Desde la murga de Gádor, Fran comenta. Gracias por la narración y certeros comentarios del desarrollo de nuestra actuación.
Igualmente gracias a José Antonio por las fantásticas fotos.
Ya, después de no haber entrado en la final, felicitar a los afortunados que se han recogido el premio a su tremendo esfuerzo y excelente trabajo.
Me parece Cotasa que tu comentario relata perfectamente cuánto acontece en la actuación y tras analizar con detenimiento la misma se encuentran matices que se debieran pulir en letras, voces, tipo, caracterización y grupo.
Como dices, para bien o para mal, hemos salido como siempre, hemos disfrutado y me da mucha alegría el haber podido salir pues ha sido un verdadero sacrificio para mi el ensayo de este año.
¿Sabeis?, pasar o no me ha dado igual, lo que si me llegó muy dentro fue bajar a camerinos, ver a mi gente del carnaval de otros grupos, el gentil y atento saludo de los tramoyistas, el ver a un compañero de carnaval trabajando para la televisión almeriense, un auditorio lleno, el nerviecillo de siempre, tan añorado, sentirme humildemente artista en un escenario donde han pisado artistas de verdad... por problemas personales, pensar que quizás haya un paréntesis de varios años en mi vida carnavalera en los escenarios me ha hecho valorar y saborear más intensamente dichos momentos y he querido fijar cualquier pequeño sentimiento o sensación para llevarlo conmigo.
Ahora, disfrutar, disfrutar y disfrutar, reír, hacer reír y bromear respetuosamente con mi pueblo, allá por donde vayamos. Que grande es ver una anciana y bromear lentamente con ella, para que pille el chiste, adaptarlo a su generación, pensar en milésimas de segundo y ser empático con esa anciana para conseguir que comprenda el chiste propio de su edad o que evoque su juventud o recuerdos, y de inmediato, pensar en Las Divinas o Patito Feo que tan de moda están para sacar un chiste a su nieta que está al lado.
Cotasa, carnavaleros, contad conmigo en la luz o en la sombra.
Seguimos en contacto, seguiré escribiendo.
Un abrazo muy grande y vivan las migas con muchas cosas, longaniza, tocinillo, pimientos fritos, tajás de lomo, pimiento seco asado, fritailla, pimentón, etc, etc.. así mejor, ¿no?, y zurrachillo, que no se olvide.
Viva el carnaval y un abrazo muy grande carnavaleros.
Fran (murga de Gádor)
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