Yo no gano pa sustos

Se presentan con la música de la presentación de Los trasnochadores que hasta les pega y todo. Van de cazafantasmas y se ve que los cazafantasmas de la plaza de Pavía son diferentes a los de las películas porque a mi estos me gustan más. Más que nada porque estos cazan fantasmas de los de verdad y no de los de efectos especiales. Los manda FEALCA para ver si hay fantasmas en el auditorio y vaya que si los hay. Yo el primero pero menos mal que no me han visto. Por ahora su único objetivo son esos ‘artistas, tirititrí, con sus bufandillas, tirititrán’ que estos días inundan el nivel A y desde aquí arriba, el proscenio del nivel B yo los veo pasar. No apunta malas maneras este experimento en forma de chirigota que se ha sacado de la manga Setrafín Fernández y que empieza simpático.

Pasodobles en 4/4 muy bonitos. En el primero argumenta el autor su paso a esta modalidad aunque abusando de los tópicos de siempre: febrero es más que serpentinas. Pero pese a deslices de este tipo, hay partes muy bonitas en una letra que defiende disfrutar de la fiesta sean chirigotas o comparsas y ‘me da igual que me critiquen. Aunque hable entre fantasmas mi grupo no se irá a pique’. Elogiable, por cierto, el esfuerzo de salir sólo con una guitarra. El segundo pasodoble no te lo esperas. Va de la crisis y de que no encuentran trabajo. No tienen ni para un sobao, que mira que están ricos, y la carrera no les servirá de nada. Parece una crítica ácida, triste, desgarrada y tópica de la situación actual pero con un giro final inesperado y es que ellos van a arreglar la crisis repartiendo sobaos que lanzan al patio de butacas. Pasodoble simpático con final interactivo.

En el tiempo que dura el primer cuplé escuchan unos sonidos muy extraños en su casa, como muelles o algo así dicen, y van de habitación en habitación mirando a ver de dónde vienen. Lo que pasa es que los van echando de cada habitación en la que entran; los padres dicen que están jugando al tute y la hermana con el novio al póquer así que al final ellos se van a jugar un solitario. Tema recurrente pero bien tratado. En el segundo le hablan a su hijo y le dicen que la cosa está de tal manera que como se le caiga otro diente se va a molestar el ratoncito Pérez. Fíjate tú si estará mal la cosa que el niño se tragó una moneda y se estaba ahogando así que ‘camino al hospital se me ocurre una gran idea y me ha salvado de los problemillas que yo venía arrastrando: en vez de en el hospital he ingresado a mi hijo en el banco’. Buen cuplé y estribillo de gusto doméstico: en el primero sale Yustin, el tío que más montajes de carnaval cuelga en el Tuenti y en el segundo una chavala que baila y todo.

El popurrí parece corto pero sólo lo parece porque a los cinco minutos empiezan a despedirse; pero se tiran despidiéndose varios minutos y así el popurrí termina durando lo que duran todos los popurrís: mucho. Una cuarteta, por cierto, reproduce parte del monólogo de El Marchoso en Nacimos pa sufrí que no sé si es un homenaje o una coincidencia. El caso es que este año a la gente le ha dado por venir con cicatrices, que si de Kansas city o de Apendicitis. Lo significativo es que pese a las cosas simpáticas que ha dicho el grupo la gente se ríe con uno que se pilla ‘la picha con la puerta’. Desde luego, mira que nos hacen gracia las desgracias ajenas y las rimas con Bezoya.

Una chirigota que no estará en la final y si lo está, pues eso que se llevan. Pese a ello ojalá vuelvan el año que viene. Se lo pasan ellos mejor que el público y aunque no está claro cuál es el orden de prioridades, al menos la mitad de las partes implicadas ha disfrutado. Dicho esto no me queda más que celebrar el nacimiento de una chirigota auténtica, de esas de poco disfraz porque no necesitan más ¡y dos coloretes! No creo que la veamos más este año en el concurso pero pongo velas en el altar de Momo para que el año que viene vuelvan.

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