La calle


Se abre el telón para recibir a la única comparsa femenina del concurso. El año pasado fueron La Guarida. No hay crítica de este grupo de su primera actuación en la fase previa por falta de audios así que nos centramos en su actuación de la final donde llama la atención la utilería que recrea un rincón idealizado de Almería en el que confluyen la fuente ornamental de la glorieta de acceso a Torrecárdenas y una calle con bancos ocupados por unos chavales (la fuente con agua, por cierto).

Musicalmente es bonita la presentación. Introducida con una falseta acompañada de huevos de percusión y un palo de agua. El grupo suena muy afinado y da gusto escucharlo. Hay cambios en la primera fila respecto a la actuación en la fase previa. Celia Sánchez habitualmente en la segunda pasa a una punta y Tania Sánchez cede su puesto en la final, que el grupo lo integran más componentes de las que las bases permiten que se suban en el escenario y estiman oportuno turnarse. ¿Se escapan puntos con decisiones de este tipo? Pese a todo, lo que no cambia es el gusto de Luz Cortés y Fati Góngora, la expresividad de Loli Valverde y la rotundidad de Fina Pérez en la primera fila, bien arropadas por una segunda que compensa los temores que hay ante todo grupo femenino.


La calle. No se sabe bien si ellas están en la calle o son la propia calle. Yo pienso que lo son. Y que esta calle es una alegoría del verdadero carnaval, que nació mucho antes que el concurso y mucho más lejos de las tablas de un teatro; en la calle, precisamente, aunque ahora cueste creerlo. Una calle donde los sueños se convierten en canción, 'poesías de las libertades' que 'dan vida a las melodías, mi verdadera forma de expresión'. Por eso piden que dejen 'que suene a mi voluntad, que no se adueñe nunca' esas 'notas que buscan la libertad, musa' que suena 'en la calle esta banda de músicas que viven para cantar'. Una 'banda de músicas que sólo viven para cantar' y en la que 'la clave de sol es mi lengua, con el pentagrama dibujando historias' mientras siguen 'el ritmo de la música, siempre siguiendo el compás' y escribiendo 'lo que sucede en la calle, siempre en soledad'. En definitiva, ellas parece que son y están en 'la calle de la música' que 'es la calle de la melodía, es la calle donde suena la música que todos quieren escuchar'.

La presentación la firma Elena Pérez Rodríguez y el grupo despliega una serie de recursos en los que se pone de manifiesto las cualidades técnicas del mismo. Por cierto, hay una variación del tiempo magníficamente resuelta por María Giménez Cañadas.


Cómo me alegra escuchar letras que van más allá. En esta ocasión, la pluma de Elena Pérez aborda el tema de la vigencia de la actual Constitución sobre música de Damián Jiménez. Si el tiempo es oro, cantarle al jurado es un desperdicio si antes que tú ya le han cantado diez grupos. Magnífica, por tanto, toda idea que pretenda aprovechar los escasos dos minutos de un pasodoble para ofrecer un punto de vista sobre los temas que realmente le interesan al pueblo. Si el Carnaval es todos esos tópicos que tanto nos ponemos en la boca como 'la voz del pueblo' o 'periodismo cantado' dudo mucho que al pueblo le interesen muchas de las coplas que se cantan ahora.

Este no es el caso. Un debate tan necesario como es el de la modificación de nuestro texto constitucional siempre tiene que ser bien recibido. Que se expongan ideas y se defiendan posturas aunque luego se demuestren equivocadas. Pero que los grupos sirvan de altavoz de lo que inquieta en la calle. Como es el hecho de que 'pasa el tiempo, ya son más de treinta años' y nuestra Constitución ya no 'esa niña que aguantó a los golpistas y al orgullo de franquistas'. Magnífico. Como magnífico es que 'ese tiempo, por tus páginas gastadas, va pasando y tus palabras se mantienen siempre igual y tus frases ya me suenan repetidas'. Bien.

Pero en cuanto la letra se adentra en los terrenos farragosos de la interpretación de la norma, la cosa flaquea. Lo de la 'utopías de derechos, como aquél que una vivienda prometía como básico derecho' es una más que cuestionable interpretación del artículo 47 de la Constitución que tampoco permite 'que recorten las condenas del juez a culpables reincidentes por violar a una mujer' ni que en sus páginas, pese a lo que defienda esta letra, es donde está el 'sitio para el castigo al que comercia con menores vendiendo pornografía'. Creo que hay que reformar la Constitución pero no comparto que se reproche que en ella falte lo que no puede contener. Por eso el final me parece tan duro como injusto cuando dicen que 'ya no eres orgullo de España' y sí la 'vergüenza de la democracia'. Pese a todo, un pasodoble necesario y que celebro entre esa mayoría anodina de letras del concurso.


Este segundo pasodoble me parece merecedor de un comentario aparte y, de hecho, abundo en él en el apartado de letras a las que voy dedicando mayor atención en el blog. Para leer más, pinchar aquí. Resumiendo, es una denuncia de un hombre ludópata y alcohólico si bien lo interesante del mismo es que se hace trazando un árbol de decisión vital del protagonista. Letra muy interesante desde un punto de vista filosófico quizá sin el efectismo de los mensajes grandilocuentes que levantan al público pero con un curioso contenido. A mi me parece una idea magnífica encima bien planteada y resuelta.


Los cuplés los firman Fina Pérez Segura y Carmen Marín Fernández. En el primero cuentan que 'viendo en la tele publicidad me quedé impactada' por 'la de famosos haciendo anuncios: una cosa mala' y que 'si la crisis sigue igual ya solo falta sacar a la familia real', imaginándose 'a cada uno lo que anunciaba'. Terminan con un anuncio protagonizado por 'la Duquesa de Alba diciendo Tampax: no pasa nada, no pasa nada'. Simpático y aplaudido.

En el segundo hablan de 'un estudio que los científicos han probado' y que 'habla del tamaño, eso que a los hombres siempre ha importado', relacionando 'el tamaño de su coche y de su pene'. Resulta que 'no es nada proporcional; si el coche es grande la cosita es pequeñita' por lo que 'ahora comprendo muchos detalles, presta atención: limusina usa el Bush, mi marido un autobús, Zapatero y Rajoy un familiar' lo que demuestra que 'todo concuerda, ese estudio es verdadero'. Además, 'dicen que el Duque tiene un mini entero de cuero...' así que no vacilan en pedirle que les suba en su mini 'y llevame al cielo'. Cuplé también simpático que gusta entre las féminas. El estribillo me gusta mucho:

Es la calle nuestra musa que con la música hace canción
En la calle mi museo que es para el músico inspiración
En la música de calle, musa del músico... Do, Re, Mi, Fa, Sol
La, Sol, Si, Re, Fa Mi, Sol, Do, Si, Do... ¡Ya esta la canción!

El popurrí confirma esta alegoría del carnaval. 'Con la música que me inspira el sonido de la ciudad hago canciones que son la vida de aquél que sabe sólo cantar y yo no tengo más pretensiones ni más metas que alcanzar; quiero que toque los corazones de todo aquél que quiera escuchar'. Que ellas sólo quieren 'cantar, poderte emocionar con mis canciones' y 'vibrar, reír y llorar y contar mis pasiones' y que 'el pueblo escriba su propia historia, que no seamos simples marionetas de esta vil sociedad' para 'que no siempre sea el más fuerte el que tenga todo el poder. Que las palabras derroten a cualquier armamento más cruel'.

El popurrí viene con letra de Fina Pérez Segura y Elena Pérez Rodríguez que dicen estar cansadas 'de escuchar a la gente: la juventud ya no sabe lo que quiere, no tienen ganas de buscar trabajo, no tienen porvenir, que sólo saben divertirse en la calle, que sólo quieren imponer libertades con botellones y drogas caras; no saben lo que es vivir'. No obstante hay mensajes para la esperanza 'aunque haya quien se empeñe en que todo salga mal' que 'aunque vivamos con crisis y pesimismo a rabiar' esta vida 'son dos días y este acaba de empezar' por lo que 'solfamirreando compases veo la vida pasar con alegría y compás'. Lo cantan por bulerías y con unos bongós.

En la tercera cuarteta lanzan un bonito mensaje: 'si te empeñas en comparar el embrujo de cada tierra no podrás nunca valorar lo que tiene su propia esencia (...) así que no la compares, a mi Almería de mis amores' a la que sigue un pasodoble que les sirve para desear que ojalá 'llegue el día en que despierten mis sentidos observando que esa calle de la vida con el tiempo ha cambiado'. Un día en el que 'la sociedad se ha hecho valiente y firme contra los cobardes que violan y maltratan, con sentencias y castigos que defienden nuestra seguridad' y en el que 'y al despertar me he encontrado un lugar donde hay trabajo para todos, pero sin explotar, donde los niños no trabajan, se dedican a estudiar'. Esa es la calle que, como ellas mismas dicen, sus 'sueños han creado; donde el odio y terror ya se han terminado, donde el misterio de la vida no es más que cantar'.

Fuerte (y bonita) subida de un tono en esta cuarteta para despedir el popurrí. 'Quise soñar con una calle en la que la voz del pueblo sea la música que inspire al poder y las canciones sean símbolo de la libertad' y en la 'que reine la burla entre nuestras poesías, que los carnavales se disfracen de alegría, que que no haya tierra más bonita a la que cantar'. Con 'un carnaval donde se hagan realidad todas las cosas que algún día he llegado a soñar y que aquí me encontré en la calle, en la calle de la música'.

Me gusta el repertorio de esta comparsa. Música bonita y una afinación destacable. El jurado les premia como el mejor pasodoble y el mejor acompañamiento musical, además del segundo premio en la modalidad. Seguramente sabrá a poco para el que aspire a todo pero eso viene a confirmar que, a ojos (y oídos) del jurado son el grupo que mejor suena. Que no es poco.

1 comentarios:

estroná dijo...

Como cada año, gracias por tu crítica/valoración y por las grabaciones, porque desde hace ya tres años es la única forma que tenemos de escuchar una grabación de audio en condiciones del auditorio... Poco a poco se ve que se van perdiendo las buenas costumbres y por desgracia, los que salimos estamos pendientes de lo que hacemos para que todo quede medianamente bien y no podemos estar en grabarnos, ni en hacer fotografías en condiciones, ni nada por el estilo...

Gracias, tanto a tí, como a José A. Peralta por las fotos.

Un saludo.