Uf. Comienzo con una interjección porque es lo primero que digo/pienso cuando empieza a sonar la presentación de esta comparsa que viene a revalidar el primer premio obtenido el año pasado con El paraíso de los dioses. Todo es oscuridad como las entrañas de alguien que se define como 'ambicioso y avaricioso, dueño del poder y de los negocios, el dominante de una fortuna que fue convirtiéndose en una locura'. Pero no asustarse que no vienen a recaudar más; todo lo contrario. Su 'castigo será perdonado ayudando al pobre; seré malvado con el que dedica su vida a comprar bienes en la subasta'. Me encanta la sutileza para denunciar la connivencia entre poderes (ay, Montesquieu) cuando afirman ser amigos de 'la de los ojos vendados cuando le robo al Estado'. Javier Vázquez escribe mejor este año y se agradece. Sus credenciales son una presentación en toda regla. Y cómo canta el grupo pese a los evidentes problemas de Paco Sánchez en la primera fila.
Si el gremio de tramoyistas de España existiera y tuviera instituido un premio tendría que otorgárselo este año a esta comparsa porque el escenario lo merece. Qué plasticidad la de esta puesta en escena que, sobre todo, pudieron disfrutar los del lejano nivel B en todo su esplendor de riqueza. Montones de monedas, de fajos de billetes y de sacas repletas de dinero, dinero que, por cierto, lanzan al aire durante la actuación. Estos van sobrados; verás tú como no se lleven el primer premio si se van a arrepentir de haber lanzado billetes de 500€ tan alegremente. Ya lo verás. Eso sí, elegantes y originales a partes iguales hasta con sus polainas blancas que, como todo en Carnaval, parecen de piqué pero no serán.
El primer pasodoble es una denuncia al concurso y a los que concursamos terminando con la petición de que 'seamos compañeros' porque 'todos estamos en la misma guerra; será el mejor el que arranque un aplauso al cantar por bandera'. El segundo es un inesperado piropo a la peseta. ¡Grande! Qué inteligente escribir eso este año (se esté o no de acuerdo), cuando es un debate que existe en la sociedad y cuando el tipo le va que ni pintado. Este pasodoble merece especial atención así que para leer más, pinchar aquí.
Los cuplés los anuncian con pito a dos voces, qué me encantan a mi los detalles de este grupo. En el primero se rien literalmente de los que el año pasado los criticaron por cantar 'bajito' cantando más bajito todavía y en el segundo del secuestro del Alakrana o más bien de las secuelas del mismo. Y es que los tripulantes ya están en sus casas pero 'duermen con un ojo abierto porque dicen que hay negritos hasta debajo de la cama'. Llega a tanto su desconfianza que la noche de Reyes le echaron todos los dientes abajo a Baltasar y éste les dijo que les traía tres películas de 'Piratas del Caribe'. Buenos e inteligentes cuplés.
El popurrí empieza con una cuarteta algo canalla y chula (¡escalera Real!) entre 'póquer y copas de anís'. Me alegra escuchar a Óscar Martos en el concurso, cantando todo muy bonito. Que mira que esta comparsa está trabajada. Se le notan ensayos. Y rabia. El tipo les sirve para denunciar a todos los poderosos. Es la única manera de redimirse, como anunciaron en su presentación. Y así van cortando cabezas cuarteta tras cuarteta hasta una última preciosa y casi susurrada.
Porque en su primer año juntos se llevaron un primero y ya todos sabemos de lo que son capaces si no esta sería la típica promesa de la fiesta y ojalá se mantengan unidos unos cuantos años más. Javi como autor ha crecido mucho este año y aunque aún es largo el camino que le queda el presente es estupendo. La música ha mejorado y mucho ojo a la segunda fila que llevan, que le da a este grupo una sonoridad peculiar y característica. No hace falta recordar quién canta delante (Simón, Paco, el propio Javi, Oscar o El Papi) pero mucha atención otro año más a la segunda fila. Por segundo año consecutivo he disfrutado con el aporte fundamental que realizan a la conjunción del grupo. Y ahora los peros: que el autor no escriba tan enfadado, hombre, que este año ha dado estopa de más.
Vuelvo a disfrutar de la presentación. Este grupo está trabajado; tiene mucho gusto y así, claro, da gusto escucharlo pero, como decía, este año tiene algo o la gente echa en falta algo, que no ha terminado de llegar. Ha estado muy cerca (y a los puntos me remito) pero ha faltado ese plus con el que contó el año pasado. Lo que no decae es el disfraz: por tercer año consecutivo premio al mejor vestuario y deseo de que Iguiño siga dando rienda suelta a su creatividad que tan bien defiende este grupo. Por cierto, la percusión vuelve a ser la del año pasado superada la 'euforia sonora' del otro día y Paco Sánchez está ya recuperado. Vamos, que la comparsa en la final está muy por encima de su primera actuación.
Pasodobles fuertes, dando leña, al cuello, a saco. Ya decían en su presentación que pese ser ellos todo lo que eran, sus males serían perdonados siendo malvados con los que seguían siéndolo así que el primero va contra 'los responsables de nuestras vidas' que 'se lo toman como un juego' y que se sientan en una silla 'mientras permiten que tres o cuatro barrios se mueran de hambre'. Pasodoble contra el poder personificado en el alcalde, que ' está escondido como un cobarde'. El segundo pasodoble es de los que me gusta compartir con todo el que visite el blog así que recibe una atención especial aquí. Denuncia contra aquellas madres capaces de 'parir a una criatuta que fue creciendo en sus entrañas tan bella y pura' y que luego la envuelven 'en una manta y sin corazón la tire a la basura'.
Los cuplés no son especialmente graciosos pero hay que agradecer que al menos uno vaya al tipo. En el primero nos cuentan que 'ellos se han vuelto caprichosos por culpa del dinero' y nos describen su cuarto de baño. En el segundo dicen que 'la juventud de hoy en día está toda loca perdída y dicen que son los tiempos: el tiempo que los provoca, el tiempo que los disloca pero no el tiempo pierden todo el día metiéndose coca'. Menos mal, dicen, que su hijo se relaja de otra manera. Y llegamos al popurrí. Todo un derroche de gusto y una delicia para los oídos. Tenemos una nueva oportunidad de escuchar algunas cuartetas realmente buenas como dice El Peña en la radio y, encima, bien cantadas. Otra vez más nos admiramos con la puesta en escena de esta comparsa que transmite una sensación distinta al resto sobre el escenario. Ojalá no pierda nunca esa personalidad.
El popurrí empieza con una cuarteta algo canalla y chula (¡escalera Real!) entre 'póquer y copas de anís'. Me alegra escuchar a Óscar Martos en el concurso, cantando todo muy bonito. Que mira que esta comparsa está trabajada. Se le notan ensayos. Y rabia. El tipo les sirve para denunciar a todos los poderosos. Es la única manera de redimirse, como anunciaron en su presentación. Y así van cortando cabezas cuarteta tras cuarteta hasta una última preciosa y casi susurrada.
Porque en su primer año juntos se llevaron un primero y ya todos sabemos de lo que son capaces si no esta sería la típica promesa de la fiesta y ojalá se mantengan unidos unos cuantos años más. Javi como autor ha crecido mucho este año y aunque aún es largo el camino que le queda el presente es estupendo. La música ha mejorado y mucho ojo a la segunda fila que llevan, que le da a este grupo una sonoridad peculiar y característica. No hace falta recordar quién canta delante (Simón, Paco, el propio Javi, Oscar o El Papi) pero mucha atención otro año más a la segunda fila. Por segundo año consecutivo he disfrutado con el aporte fundamental que realizan a la conjunción del grupo. Y ahora los peros: que el autor no escriba tan enfadado, hombre, que este año ha dado estopa de más.
FINAL
¿Es impresión mia o esta comparsa ha firmado una actuación muy superior a la de la fase previa? Impresiones aparte lo cierto es que estos dueños del poder vuelven a demostrar su calidad y a defender un gran repertorio, con dos pasodobles nuevos. Lo curioso es que en todas las quinielas que he manejado, nunca han aparecido como los vencedores este año: todo el mundo —sin contar novias, madres y demás familiares de los componentes, claro está— la ha situado siempre en el mismo segundo puesto en el que finalmente la ha ha dejado el jurado con 153´33 puntos (a menos de 3 puntos del primer premio).Vuelvo a disfrutar de la presentación. Este grupo está trabajado; tiene mucho gusto y así, claro, da gusto escucharlo pero, como decía, este año tiene algo o la gente echa en falta algo, que no ha terminado de llegar. Ha estado muy cerca (y a los puntos me remito) pero ha faltado ese plus con el que contó el año pasado. Lo que no decae es el disfraz: por tercer año consecutivo premio al mejor vestuario y deseo de que Iguiño siga dando rienda suelta a su creatividad que tan bien defiende este grupo. Por cierto, la percusión vuelve a ser la del año pasado superada la 'euforia sonora' del otro día y Paco Sánchez está ya recuperado. Vamos, que la comparsa en la final está muy por encima de su primera actuación.
Pasodobles fuertes, dando leña, al cuello, a saco. Ya decían en su presentación que pese ser ellos todo lo que eran, sus males serían perdonados siendo malvados con los que seguían siéndolo así que el primero va contra 'los responsables de nuestras vidas' que 'se lo toman como un juego' y que se sientan en una silla 'mientras permiten que tres o cuatro barrios se mueran de hambre'. Pasodoble contra el poder personificado en el alcalde, que ' está escondido como un cobarde'. El segundo pasodoble es de los que me gusta compartir con todo el que visite el blog así que recibe una atención especial aquí. Denuncia contra aquellas madres capaces de 'parir a una criatuta que fue creciendo en sus entrañas tan bella y pura' y que luego la envuelven 'en una manta y sin corazón la tire a la basura'.
Los cuplés no son especialmente graciosos pero hay que agradecer que al menos uno vaya al tipo. En el primero nos cuentan que 'ellos se han vuelto caprichosos por culpa del dinero' y nos describen su cuarto de baño. En el segundo dicen que 'la juventud de hoy en día está toda loca perdída y dicen que son los tiempos: el tiempo que los provoca, el tiempo que los disloca pero no el tiempo pierden todo el día metiéndose coca'. Menos mal, dicen, que su hijo se relaja de otra manera. Y llegamos al popurrí. Todo un derroche de gusto y una delicia para los oídos. Tenemos una nueva oportunidad de escuchar algunas cuartetas realmente buenas como dice El Peña en la radio y, encima, bien cantadas. Otra vez más nos admiramos con la puesta en escena de esta comparsa que transmite una sensación distinta al resto sobre el escenario. Ojalá no pierda nunca esa personalidad.
Fotografías: José Antonio Peralta
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